Vencer a la mala suerte un Martes 13

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Siempre quise hacer un panorama para celebrar el Martes 13; más que mal, es un día especial.

Pero, ¿qué se hace en un día así? El dicho reza: «no te cases ni te embarques». Y, ojalá, sobrevivas.

Sin embargo, siento que esto está mal. El pesimismo exagerado sobre el Martes 13 hace que las personas vivan una especie de psicosis colectiva, una auto-maldición que los dirige hacia su propio destino de mala suerte.

A mí no me gusta caer en esa situación. Pienso en que, si uno se lo propone, cualquier día puede ser bueno. Entonces, decidí pensar en unos cuántos panoramas que transformen la mala suerte en algo bueno.

Si los puedes hacer con amigos, mejor.

Desafiar abiertamente a la mala suerte un Martes 13

Suena loco, ¿no? Es tan simple como hacer todas esas cosas que son de mala suerte.

Piénsalo: Si romper un espejo te da siete años de mala suerte, y no compartir las cadenas de Facebook ya te arruinó la vida, ¿qué tanta más mala suerte puedes acumular?

¿Se puede explotar de mala suerte?

Es increíble la cantidad de cosas que hacemos o dejamos de hacer por culpa de la superstición. La verdad es que con suerte pasará el día y ya.

O no. Nadie sabe. Ese ambiente de incertidumbre vuelve nuestras acciones peligrosas, y excitantes.

Algunas ideas:

  • Bailar bajo las escaleras de una construcción, con los obreros con los ojos abiertos como platos, intentando detenerme antes de que ocurra alguna calamidad.
  • Ir a un centro comercial en invierno y abrir todos los paraguas solamente para divertirse antes de salir corriendo para evitar a los guardias.
  • Pasear de restaurante en restaurante, pasándole la sal en la mano a los comensales y, una vez que te aburras, abrir los saleros y desparramar todo su contenido por el suelo.
  • Caminar con una escoba y barrer los pies de las personas para «barrerles la suerte». Si alguien reclama, escobazo.
  • Para terminar el día, rodearse de una legión de gatos negros y que se paseen tantas veces por delante que la suerte se volviera tóxica. No olvides hacerles cariño. A los animales se les cuida.
  • Por último, si ya cuesta demasiado hacer frente a la auto-humillación, podrías levantarte con el pie izquierdo, dar la vuelta a la cama, acostarte por la derecha y levantarte otra vez con el pie izquierdo solo para demostrar tu valentía.

Inténtalo. La sola sensación de desafiar la regla ya es liberadora.

Río de solo pensarlo.

Un panorama con amigos para contar historias de mala suerte

¿Quién no ha usado sus peripecias para entretener a sus amigos en las reuniones sociales? Siempre son buenas historias. Puede que al momento de vivir un aprieto no estemos muy felices, pero ciertamente es una experiencia alegre y chistosa cuando ya lo peor ha pasado.

El Martes 13 es una excusa perfecta para contar estas historias de mala suerte. Todos tenemos una.

Aquí tengo una.

ATENCIÓN: Esta historia puede sonar ofensiva. No obstante, no existen ánimos de ser desconsiderado con quienes pudieran sentirse mal. Es un asunto de contexto.

En mi gira de estudios, fuera de la capital, el grupo se alojó en una especie de hostal de una universidad amiga. La idea era pasar la noche allí y seguir más adelante, pues nuestro destino era muy, muy lejos. Por motivos personales, prefiero omitir nombres y lugares.

En fin, yo soy una persona de bajo perfil y constantemente trato de pasar desapercibido en cualquier lugar donde esté. No obstante, las cosas estuvieron bastante alejadas de ser así cuando llegamos al hostal, y solo por mala suerte.

Mi grupo de amigos, cuatro, empezamos a escudriñar la habitación donde nos íbamos a alojar. Me metí al closet, completamente vacío. Y uno de mis amigos tuvo tan mala ocurrencia que decidió cerrar el closet de un portazo. Empezaron a bromear con que «iba a salir del clóset» y «que me estaba pintarrajeando y vistiendo para un show nocturno». Las bromas fueron divertidas (y algunas ofensivas) hasta que quise salir.

La puerta no tenía pomo. Y, por fuera, el pomo no giraba. Estaba encerrado.

Me pasé una hora en completa oscuridad, intoxicado con el olor a encierro y escuchando una multitud de pasos y voces. Al principio las conocía, pero después ya se me hicieron un poco extrañas. La gente se reía. Metieron de todo en el cerrojo, desde un tenedor hasta alfileres, pero nada podía abrir la puerta. Tuvieron que llamar al auxiliar —que por suerte vivía cerca— para que trajeran las llaves. Por fin, abrió.

Cuando salí me encontré con la sorpresa: una multitud de estudiantes de verano me esparaban. Querían saber quién habría sido el tipo con tanta suerte que se quedó al interior del cuartucho. Y, justo en ese momento, otro de mis amigos dice:

—Ahora puedes decir que tienes estilo para ser marica.

Hubo un par que me pidió el teléfono. Yo no soy gay, y no encontraba la forma suave de rechazar sin ser grosero ni, mucho menos, homofóbico. Tampoco quería ser hipócrita. Había salido recién del clóset, literalmente.

Al final, para pasar la incomodidad, fuimos a beber con mis amigos. Y otros «amigos».

Martes 13, que la cerveza, las risas y las historias no falten.

Si no surge nada, Martes 13 siempre es un buen momento para las historias de terror

Obvio, es el mejor panorama. Existe un montón de películas asociadas a la calamidad.

Unas de ellas son las que están basadas en desastres ambientales, como «El Día Después de Mañana» o «28 Días Después». Y, por otra parte, la serie de películas de «Destino Final» es la representación perfecta de la fatalidad, donde prácticamente tendrás razones para temer a los sucesos desafortunados.

Además, si de clásicos se trata, que Viernes 13 no falte en tu pantalla. Al menos el renombre lo vale, ¿OK?

Ahora bien, puede que ya te hayas aburrido de ver estas películas. En ese caso, te recomiendo buscar historias de mala suerte en internet. Mis favoritas son aquellas cuya trama se basa en pura especulación, como las creepypastas. Con lo extrañas y cercanas que son, no sabrás si existen o no en la realidad.

Otras historias interesantes son aquellas de crímenes e infortunios, cargadas de morbo y especulaciones sobre asesinos en serie. Existen podcasts como «Serial», series como «Mindhunter» o la gran plaga de documentales de asesinos en serie que abunda en Netflix. Son un buen panorama pues, además de darte de qué hablar con tus amigos, entenderás que la mala suerte de las víctimas es clave para que los abusadores hagan de las suyas.

Por suerte, las historias de terror son excelentes para prevenir los infortunios.

Haz que el Martes 13 sea un día memorable

No tiene por qué ser un día funesto, sino una excusa perfecta para reunir a tus amigos y jugar con ellos a la mala suerte. Es un buen panorama. Ya verás que puede ser algo realmente entretenido.

Además, con una sonrisa en el rostro y todas aquellas experiencias, cualquier día, sea de mala suerte o no, puede convertirse en un momento agradable.

Cásate. Toma un barco. Vive. Haz que el Martes 13 atraiga a la buena suerte.

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