No sé por qué llegué a Algernon Blackwood. Me pareció que, después de leer «sobre lo sobrenatural en la literatura» de H. P. Lovecraft, sería una buena referencia para entender las alabanzas de Lovecraft sobre este autor.

Cuando leí «Los Sauces» lo comprendí. Es, sencillamente, maravilloso.

La historia trata de un par de viajeros que hacen una travesía por el río Danubio en canoa. Llegan a una zona especial, mística, que parece tener una influencia sobrenatural y, por sobre todo, maligna en todos aquellos que circulan por allí. De pronto, se ven sobrepasados por el día y están obligados a pasar la noche allí, entre los sauces.

La gran gracia de los relatos de Blackwood son las descripciones largas, específicas; pero mucho más entretenidas de lo que uno podría esperar para las descripciones de un relato. Vamos a ponerlo así: mientras uno se concentra en imaginar lo que los autores tratan de decirte, con la consecuente baja de energía en el relato y, para algunos, tedio de no ver avanzar la historia; Blackwood logra ese efecto de cercanía de mostrarte un lugar que ejerce gran maravilla en tu consciencia. Es como si vieras al esplendor de la naturaleza, maravillándote, ejerciendo ese efecto de inmensidad en ti, y en palabras simples, cercanas, sin recurrir al vocabulario complicado del que algunos escritores abusan para dar concreción a sus relatos.

Otra maravilla, específica para este relato, es el efecto de terror en el ambiente. Es algo espeluznante, que te para los pelos. Hay en los sauces una presencia maligna, etérea, que domina al ambiente y que nunca logra una forma definida. Nunca podremos saber qué es lo que se mueve entre los sauces. Blackwood sugiere, no delimita; algo que en el pensamiento de Lovecraft debió ser una maravilla mucho más poderosa que el eterno relato de lo «innombrable», lo «innenarrable»; en fin, lo desconocido que tanto miedo genera en la literatura de horror.

Para aquellos que estudian la forma de descripciones poderosas, este es un libro obligado. Y para quienes, como yo, disfrutan de las descripciones en el horror, esta es una excelente forma de hacer turismo macabro, de ese que te pone la piel de gallina mucho peor que pasar la noche en un cementerio.

«Los sauces» es una novela corta de Algernon Blackwood, publicada en 1907 en la colección «El oyente y otros relatos».