Terror religioso, el horroroso cuestionamiento de la moral
La religión y la narrativa de terror tienen una relación muy antigua y, en algunos casos, prácticamente indisoluble. Son tan antiguas como las narraciones orales que aterraban a los seres humanos con la siguiente premisa: O te portas bien o el Infierno te castigará. De hecho, esa es, más o menos, la premisa de todas las historias de terror religioso: posesiones demoníacas, dioses paganos, fieles corruptos y demonios monstruosos que vienen a dominar a la Tierra corrupta. La Biblia, el libro de ficción antigua más consumido en el mundo, contiene enorme cantidad de estas historias. Sálvanos, oh, Señor de (inserte su doctrina aquí). Con el desarrollo de las nuevas narrativas, las clasificaciones de género y la similitud de los tratamientos, la recurrencia del tema religioso en la ficción de terror se convirtió en el fundamento del llamado Terror Religioso. Las claves que definen este género, en concreto, hablan de la forma en cómo el demonio y su brutal influencia necesitan ser erradicados para no sembrar la inmoralidad y el infierno en este mundo. Como si muchas religiones jamás hubiesen actuado de forma barbárica. ¿Será una forma correcta de experimentar el terror con base en la religión? Las características del terror religioso La devoción y el cuestionamiento de la fe La temática fundamental del terror religioso es la fe. Cualquiera sea la religión, el conflicto principal de los protagonistas pone a prueba la esperanza de los personas en la figura de su dios. Y, normalmente, solo saldrán airosos si es que siguen la buena norma de la doctrina en cuestión. Los protagonistas suelen ser personas buenas personas, pero tristes y con miedo de revivir antiguos traumas del pasado. No confían en la fe religiosa porque se sienten traicionados por su dios. No depositan su confianza en algo que no corresponde a su buen comportamiento; pero, en el fondo, anhelan poder creer en algo. Arrojarse ciegamente a los brazos de su Señor les dará el valor para confrontar a la presencia demoníaca que les afecta, y que justamente revive sus traumas. Obviamente, una rubia promiscua o un gamberro rebelde jamás sobrevivirán salvo que se rediman. Me pregunto por qué no habrá curas pederastas como personajes principales. El demonio inmoral La segunda característica de la mezcla entre religión y terror tiene que ver con la aparición de la figura de un demonio o un espíritu maligno. Un demonio es la representación del comportamiento inmoral a ojos de la religión. Si se manifiesta como un ente, este será un personaje despiadado, cruel y abusivo. Si alguien es poseído por él, expresará el todo el mal que reside en las almas confundidas de sus víctimas inocentes. De una u otra forma. expresa todos los males que la sociedad desprecia: agresividad, obtención del éxito a través del abuso, egoísmo, etc.; y que cosecha el bienestar gracias a la siembra del caos. Para todos es un gran enemigo a vencer. Más si es un político. Eso identifica a cualquiera, sea religioso o no. Priscilla du Preez…